Esta encantadora casa consta de gruesos muros de piedra y vigas de madera, y es una antigua granja restaurada con gran atención al detalle en la campiña francesa de Provenza, Italia. La transformación es el increíble trabajo de los arquitectos Jacques y Eric Chevalier, y ahora es el hogar de una pareja y sus tres hijos. El espacio al aire libre de la vivienda se ha enriquecido con una piscina, mientras que el interior le permite ser testigo de la original estructura, la de una antigua bodega donde se produce vino.
La habitación que albergaba barriles se ha transformado en un gran salón en dos niveles, separados por una chimenea. Al norte, el muro ciego sirve como estructura de soporte de una doble rampa de escaleras. Hacia el sur, una gran apertura con hierro pintado de negro, diseñado por Jacques Chevalier, en la frontera con sus arcos en el patio interior donde crecen palmeras, flores y plantas.
La casa cuenta con inusual decoración, que mezcla grandes clásicos de diseño como sillones y tumbonas diseñados por Le Corbusier, con muebles y objetos tradicionales de las zonas rurales francesas. En la cocina, una cámara de combustión sin uso se enmarca en bloque decorativo, el centro de la isla combina una estructura de piedra en bruto con cajas sencillas, cestas de mimbre en los rincones abiertos de la vivienda y una despensa cerrada tras puertas de madera encerada de seis años de edad.
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